~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


viernes, 3 de abril de 2015

ARREPENTIMIENTO, UN REGALO DE DIOS (Neville - sin fecha)

Neville Goddard (sin fecha)


ARREPENTIMIENTO, UN REGALO DE DIOS



Creo que encontrarán el mensaje de hoy, uno muy práctico. El sentido de la vida es tan solo el apaciguamiento del hambre. Y el número de estados de consciencia a través de los cuales el individuo puede buscar y observar al mundo son puramente medios por los cuales apaciguar ese hambre. Lo digo porque tu estado de consciencia está siempre siendo exteriorizado.

Si tú sabes cómo moverte de tu estado presente, si lo quisieras, al estado que quisieras exteriorizar, entonces ya tienen el secreto. Éso es lo que les vine a decir esta noche.

Porque todo lo que está en tu mundo es tu estado empujado hacia afuera, y todos los estados están contenidos en el individuo.

Cuando en la Biblia hablamos de la oración, y “oración” para el mundo significa rogar; pero no en la Biblia. Es dar agradecimiento. Es afirmarlo, no es pedirlo. Hablamos en la Biblia de arrepentimiento, y se dice que arrepentirse significa: sentir remordimiento. Éso no es lo que la Biblia enseña.

La oración y el arrepentimiento son términos casi sinónimos. Se nos dice que llevemos frutos, que refleje el arrepentimiento. Luego dice, como el personaje central de las escrituras, “tú y tus discípulos comen y beben con pecadores”, a lo que él responde “no he venido a llamar a los justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. Deja a un lado los justos, que están tan satisfechos de sí mismos. Se quieren a ellos mismos, así que déjalos en paz. La palabra “pecado” no tiene nada que ver con romper algún código moral.

La palabra “pecado” significa “errar al blanco”. Eso es lo que significa. ¿Tienen un objetivo en la vida?, ¿algo que lograr?, bueno entonces están pecando. Podrás tener un billón de dólares, y aún así tener hambre por otro billón más, entonces si aún no lo tienes, estás pecando. Podrás comer todos los llamados “códigos del mundo”, impuestos sobre ti por el sacerdocio del mundo. Eso no significa nada. Siempre que hablemos de las escrituras bíblicas.

Arrepentirse es simplemente un cambio radical de actitud. Eso es lo que “arrepentimiento” significa. Pero si cambio radicalmente mi actitud hacia la vida, entonces veré al mundo desde ese cambio de actitud. Y ese cambio, es un cambio de consciencia. Y ese cambio se exteriorizará en mi mundo.

Ahora, el arrepentimiento es la responsabilidad del hombre, y un regalo de Dios.

Déjenme que les muestre a qué me refiero. “Yo y mi Padre somos Uno.” Aún así voy a mi Padre, porque mi Padre es más grande que yo. Somos uno, pero mi Padre es más grande que yo. Yo voy a mi Padre. ¿Cómo es que llegamos a esta declaración tan particular? ¿Qué significa?

En la función como “enviado”, yo ahora soy inferior a mi Ser Esencial, que es el que me envía, pero sólo en la posición de “enviado” estoy restringido. Debo vivir por la Fe. ¿Fe en qué? Fe en el que me envía, que soy yo mismo, el Padre, porque yo y mi Padre somos uno. Pero cuando fui enviado a este mundo, para experimentar la muerte, y para experimentar la restricción del hombre, yo soy aparentemente inferior a mí mismo, el que me envía.

Así que cuando me arrepiento, voy al que me envía. Primero hago lo que debo hacer. Entonces digo que el arrepentimiento es la única responsabilidad del hombre y un regalo de Dios. Entonces, ¿cuál es mi responsabilidad? Yo quiero cambiar mi mundo. Entonces me pregunto, ¿Qué vería si mi mundo cambiara? ¿Cómo vería al mundo, si mi mundo fuera exactamente lo que deseo que sea? ¿Cómo lo vería? Bueno, entonces vedlo. En los ojos de tu mente, evoca una imagen que implicaría que ya es verdad. Vívelo como si ya fuera verdad. En el ojo de tu mente.

Yo sé que no puedo hacerlo. Pero en la profundidad de mi propio ser, el Padre es el que tiene el poder para hacerlo realidad. Entonces voy a mi Padre. ¿Cómo voy a mi Padre? Primero que todo hago lo que me ha dicho que haga. Represento una escena que implicaría el cumplimiento de mi sueño. Luego voy a mi interior completamente, hacia él, que soy yo mismo, mi Ser esencial, pero trasciende mi mente racional; yo no sé, desde este nivel, cómo puede hacerse. Pero lo que sí sé, es que si tengo fe en él, que es mi propio ser, será cumplido en mi mundo.

Está dicho en las escrituras: Sin fe es imposible agradarle. Y aquellos que fueron atraídos hacia él, deben creer que él existe. Y que él recompensa a los que lo buscan. ¡Debo creer que él existe! Y creer que recompensa a los que lo buscan. Pero sin fe es imposible agradarle. ¿Qué es fe? El mismo capítulo de hebreos lo define para nosotros. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. A través de la Fe los mundos mismos fueron creados, por la palabra de Dios. Entonces lo que se ve, fue hecho de cosas que no se ven.

En mi mundo todavía no ha aparecido. Les digo que todo está contenido dentro de mi imaginación. Entonces representaré la escena que implicaría que es real. Y luego, en mi interior, doy las gracias.

Ahora, se nos muestra la más maravillosa oración jamás expresada, la encuentran en el libro de Juan, capítulo 11. Él está parado ante las puertas de la muerte, y levantó sus ojos y dijo “Gracias Padre que me has escuchado. Yo sabía que tú siempre me escuchas.” Bueno, no puedo negar que las profundidades de mi propio Ser saben lo que estoy haciendo. Lo que estoy diciendo internamente. Entonces puedo decir realmente: “Padre, gracias.” Él ha escuchado lo que dije, pero ¿es confirmado entonces por alguna declaración de las escrituras? Sí.

Otra vez en Juan, pero ahora en su carta, la Primera Carta. Y ahí dice, “Si creemos que él nos escucha en lo que sea que le pidamos, sabemos que ya hemos obtenido lo que le hemos pedido.” Si puedo simplemente asumir que soy el hombre que quisiera ser, definitivamente la profundidad de mi Ser ha visto esa asunción, ha escuchado esa asunción. Entonces, ¿Puedo realmente creer que eso es todo lo que tengo que hacer?

Bueno, tengo que confesar que no puedo hacerlo desde este nivel, no soy lo suficientemente sabio desde este nivel, para divisar los medios necesarios para exteriorizar lo que ya asumí ser.

¿Lo has Probado Neville? Innumerables veces. Cuando estaba completamente dejado afuera en cierta área, como si estuviera encarcelado, no en una prisión federal, pero en un estado de encarcelamiento.

Te encuentras en una isla, donde disfrutaste unos cuatro casi cinco meses, pero tienes un compromiso en América al que tienes que volver. Y luego que te digan que no hay posibilidades de volver hasta principios de Septiembre, y tú compromiso es en Milwaukee en la primera semana de Mayo. ¿Qué vas a hacer entonces? No hay posibilidades, no hay barcos que tomen más pasajeros, y la lista de espera son miles de personas de todas partes de las Indias. Todas esperando. Y tú te encuentras en la Isla de Barbados sin hacer ninguna reserva para tu regreso a América cuando partiste hacia Barbados cinco meses antes. Entonces, ¿qué hice? Simplemente me senté en una silla en la habitación de mi hotel y asumí que estaba en un pequeño bote que se acercaba hacia el Barco principal; en esa época se usaba un pequeño bote para llevarte hacia el Barco que te esperaba a media milla en el mar. Y luego caminé sobre la rampa de desembarco, así que simplemente pisé sobre ella, y caminé hacia arriba sobre la rampa. En el ojo de mi mente.

Si mi mente divagaba, que lo hacía, volvía hacia ese primer paso y caminaba otra vez. Si divagaba otra vez, antes de que llegara a arriba de todo, volvía a caminarla. Encerraba a la mente como encerraría a un caballo. La mente es un animal rebelde. Entonces la encerraba para que no se escape. Y caminé paso tras paso. Cuando llegué a arriba, me di vuelta y puse mis manos imaginarias en la barandilla. Y podía oler la sal del mar en el aire. Miraba hacia la Isla de Barbados con nostalgia, emociones encontradas. Feliz porque estaba navegando hacia América, pero triste porque dejaba atrás a mi maravillosa gran familia.

Y luego, en ese humor, me adormecí por un momento, me dormí una pequeña siesta. Al día siguiente me telefoneó la misma compañía que me había dicho que no había posibilidades de que puediera salir de la isla hasta principios de Septiembre, y me dijeron que había una cancelación ese día en América, y me lo ofrecieron a mí a pesar de que había una lista de miles de personas en espera.

No es de mi incumbencia saber por qué ella o él canceló el pasaje. Mi oración fue escuchada. Hice lo que fui llamado a hacer; porque el arrepentimiento es un cambio radical de actitud.

Ella me dijo, “No puede salir”, bueno yo dije, “Ya Salí; estoy en un barco; un barco que se dirige hacia la Ciudad de Nueva York.” Eso es todo lo que quería hacer, entonces hice mi responsabilidad, y la segunda parte del arrepentimiento es el regalo de Dios.

Entonces Dios tiene la manera de exteriorizarlo, que es lo que llamó a ese hombre o mujer o lo que sea a cancelarlo; me dijeron luego, que ella tenía miedo, por alguna razón que no me explicaron, tenía miedo de hacer el viaje.

Entonces un pasaje estaba disponible ahora, y yo obtuve aquella habitación. Había camas cucheta, y mi hija tenía tan solo 3 años así que podía dormir con su madre y yo sólo tenía que subir a la cama de arriba y luego tomar mis 11 días en la ciudad de Nueva York.

Hice lo que fui llamado a hacer, era mi responsabilidad; representar una escena que implique el cumplimiento de mi deseo. Y luego, rendirme completamente a mi Padre porque él tiene el poder para exteriorizarlo.

Yo no sé cómo hacerlo desde este nivel. No tengo la sabiduría, no tengo nada en este nivel para hacerlo, así que mi fe es Fe en mi Padre, en su poder para exteriorizar lo que yo he hecho; todo en la imaginación.

Eso es orar, eso es arrepentimiento. No me senté y sentí en ningún momento que hice algo que estaba mal y que por eso no podía salir de la Isla. Ningún sentimiento de arrepentimiento de remordimiento como lo enseña el mundo; eso no es arrepentimiento. El arrepentimiento es simplemente un cambio radical de actitud. Eso es lo que significa la palabra: “Metanoia” (que significa “transformación de la mente”). Radicalmente hasta la raíz, tú cambias tu actitud.

Al cambiar mi actitud, cambio mi estado de consciencia. Y porque todos los estados de consciencia están siendo exteriorizados en el mundo, ése estado se exteriorizará en mi mundo, en una manera que yo desconozco.

Se nos dijo, “Mis caminos no son tus caminos.” “Mis caminos no se pueden explicar.” Tan solo confía en mí. Así que sin fe no puedes agradarle a Dios, se nos dice. Si quiero ir a él, primero tengo que creer que él existe, y que recompensa a aquellos que lo buscan. Y lo busco al proyectar para mí, aquello que deseo en este mundo. A eso me refiero con “oración”. La oración es la Meditación Atenta con Dios. Eso es lo que es.

Como se nos dice en el cuarto Salmo, el versículo cuatro: “Meditad en vuestro corazón, sobre vuestro lecho, y callad.” ¿Meditar con quién? No necesito la intervención de ningún cura, ningún rabino, ni ningún ser celestial. ¡Estoy meditando conmigo mismo!

La profundidad de mi propio Ser es Dios Padre. Ése es mi Ser esencial. Y él es uno con la mente superficial, llamada Neville. Y en la capacidad de la función del enviado, llamado Neville, soy inferior a mi Ser, el que me envía; pero el enviado y el que me envía son uno.

Tú y Dios Padre sois uno. Pero en la función del enviado, eres como un embajador, no hablas con la misma autoridad que tiene aquel que te envió para representarlo. Entonces, me represento a mí mismo en el mundo de la muerte. Pero el que me envía es más grande que yo. Y aún así, él y yo somos uno.

Esto es lo que recibo de las escrituras. Y esto es lo que pongo en práctica. Y esto es lo que enseño a todos aquellos que me escuchen. Tú eres Dios Padre. Ese es quien eres verdaderamente. Pero todavía no lo sabes. Va a venir un día en que lo sabrás, y sólo lo sabrás cuando su hijo aparezca delante de ti. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre. No lo veas como nombre y apellido (Jesús como nombre, y Cristo como apellido). Es Padre e hijo.

El Cristo es el Mesías, ése es el hijo; Jesús es lo mismo que Jehová, ése es el Padre. Cuando los pones juntos dices Jesucristo. Así puedes decir “yo y mi padre somos uno”. Entonces míralo como a uno solo, sí; pero separados, con un propósito en este mundo. Entonces él se envía a sí mismo, envía a su hijo, ¿quién es su hijo? El que lo revelará a ti como Dios el Padre. Porque nadie ha visto al padre, pero sólo su único hijo que es el amado de su corazón; él lo dará a conocer. Y ¿quién es ése hijo? David. Cuando David aparezca, sabrás exactamente quién eres.

En el minuto que aparezca, la memoria vuelve y eres Dios Padre, y el hijo que estaba contigo antes de que el mundo se creara, se para delante de ti. Así que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre, como lo lees en el capítulo 13 de Hebreos: “el mismo para siempre”. Esto está contenido en la mente del hombre, es a lo que se refiere el tercer capítulo de Eclesiastés, que Dios puso la eternidad en la mente del hombre, y aún así el hombre no puede descubrir lo que Dios ha hecho desde el principio al fin.

¿Qué es lo que hizo? Se puso a sí mismo y a su hijo en la mente del hombre. Y cuando el hombre complete su viaje, el secreto saldrá y en ese momento el hijo aparecerá y la identidad del individuo se revelará, que es Dios el Padre. Pero esta relación fue antes de que el mundo fuera.

Entonces todos en este mundo están destinados a despertar como Dios Padre. Y la relación es para siempre, no puedes cambiarla. Cuando seas llamado para el arrepentimiento la historia comenzará, el Reino de Dios está a mano; arrepiéntete y cree en el evangelio. Cree en las buenas noticias, arrepiéntete, y todos los sacerdotes del mundo te dicen que debes amoldarte y continuar así, porque te arrepientes de cosas que has hecho. La Biblia no enseña eso para nada. Arrepiéntete, cambia tu actitud si quieres cambiar tu mundo. Tratar de cambiar las circunstancias antes de que cambies tu estado de consciencia, es luchar en contra de la naturaleza de las cosas; no puedes hacerlo. ¿Cómo puedes cambiar algo y aún mantenerlo dentro de ti?

Así que esta noche, sin pedirle permiso a nadie, sin pedirle a nadie que medie por ti para Dios, vas a tu interior y meditas en tu corazón. ¿Cómo sería el mundo si yo ya fuera la mujer o el hombre que deseo ser?

Bueno, entonces vedlo; obsérvalo. Si no ves ningún cambio, entonces no hay cambios. El hombre puede detectar movimiento en este mundo sólo cuando hay cambios en algo que parece estar fijo. Bueno, entonces si mi estado presente está fijo aparentemente, y luego cambio mi actitud hacia el mundo, y dejo que el mundo me vea como un hombre cambiado. Si veo un mundo cambiado en vez del mundo que solía ser, entonces yo he cambiado.

Si esta noche, estoy financieramente avergonzado, ¿Cómo sería si no lo estuviera? Si fuera afluente, ¿mis amigos lo notarían? ¿Mi esposa lo notaría? Sí; claro que lo notarían. Bueno, entonces dejo que lo noten. ¿Lo hago al decírselos? No. Lo hago todo en mi imaginación. Porque el hombre es todo imaginación y Dios es el hombre, y existe en nosotros y nosotros en él; el cuerpo eterno del hombre es la imaginación, y eso es Dios mismo.

Ese es el cuerpo divino que se habla en las escrituras como Jesús, ¿y donde vive? Vive en ti. Blake lo dice de una manera maravillosa: “¿Por qué estamos parados aquí, temblequeando, llamando a Dios por ayuda; y no a nosotros mismos en quien Dios mora?

Él mora en nosotros, entonces ¿dónde lo voy a encontrar? ¿En una iglesia? ¿En una sinagoga? ¿En un tal llamado lugar santo? No. Si estoy en un bar, tomando una cerveza o un buen whisky, allí esta él, está en mí donde sea que yo vaya, y sabe con qué me estoy entreteniendo. Y exteriorizará lo que sea que yo esté entreteniendo. Entonces cambio radicalmente mi estado mental. Y ese cambio radical se exteriorizará a sí mismo, si me rindo completamente a él en la fe de que él tiene la habilidad para hacerlo. Me libera de toda responsabilidad de divisar los medios que serán necesarios para realizarlo. Yo no sé cómo lo hará. No soy lo suficientemente sabio para saber cómo lo va a hacer, solo sé que funcionará.

Así que todos los que saben este secreto son libres. Eres libre por el conocimiento de la oración.

Ahora, la “oración del señor” no es la técnica. La conocen; y la recitan semana tras semana en las iglesias del mundo, pero no es como está escrita en las escrituras.

Un amigo que ya partió de este mundo, me dio la traducción literal del griego. Lo que tenemos en nuestra Biblia está traducido del latín, que no tiene pasivo imperativo. Entonces no podían formar la oración del evangelista. El Pasivo imperativo es algo que hay que hacerlo absolutamente y continuamente. Éste es el verso: “Padre nuestro que estás en los cielos, tu nombre debe estar siendo santificado, tu Reino debe estar siendo restaurado. Tu voluntad debe estar siendo hecha.”

Así es como fue escrita. Es una Obra teatral que se está haciendo para siempre. Sin ninguna referencia de su duración, de su posición en el tiempo, de su repetición. Es para que tome lugar siempre. Y esa obra, la obra del Padre y del Hijo toma lugar en el hombre. Y en el final, cuando el individuo aquí sea llevado a ése lugar, se dará cuenta. Realiza dentro de sí mismo la obra eterna. Y cuando toda la obra sea realizada dentro de él, él habrá cumplido lo que vino a hacer. Porque el único propósito de la vida, realmente es cumplir las escrituras.

¿Por qué estamos aquí en este mundo de lágrimas, el mundo de terror? Nos dimos a nosotros mismos una ley, por la cual su conclusión es explotar, el inevitable estallido. Porque te metes bastante seguido en un estado sin desearlo, y no sabes que estás en ese estado hasta que se exterioriza. Y no te gusta lo que se está exteriorizando. No permanezcas allí y te hundas en la miseria; sal de allí.

No condenes a nadie por haber caído ahí, no juzgues a nadie. Tan solo sal de allí. Sales de ese estado, con solo preguntarte una simple pregunta: ¿Cómo sería si…? Y luego lo imaginas como si fuera verdad. Y ese es el secreto de la oración. ¿Cómo sería si ya fuera el hombre o la mujer que deseo ser? Y luego me atrevo a asumir que ya lo soy. Y luego puedo decir “Padre, gracias.” Ciertamente has oído y ciertamente has visto lo que hice. No puedes menospreciar a mi Ser profundo, aquel que es mi Ser esencial, y decirme que no sabe lo que la mente superficial está haciendo. No puede no saber lo que mi mente superficial está haciendo.

Ayer vi en el diario que el segundo hombre que pisó la luna, cuando volvió de ese fantástico viaje – que Armstrong fue primero y él segundo – estaba al borde de un brote psicótico, y buscó ayuda psiquiátrica. Y todas las historias que leyó sobre su viaje, dijo que eran totalmente falsas. Y todos dijeron, “deseo que sean verdad”. No hay una cosa en esa revista que haya sido cierta a los ojos de los que tuvieron la experiencia. Y luego en el artículo mencionaba una frase de Carl Jung: “Es mucho más fácil para el hombre visitar Marte o la Luna, que penetrar en su propio ser.”

Entonces pisas la luna, un hecho fantástico. Eso no es nada comparado a penetrar tu propio ser y encontrar la causa del fenómeno de la vida. Encontrar al Padre en ti, que es donde está. No está afuera. Y porque no está afuera, nunca está lejos como para estar “cerca” porque cerca implica separación. Entonces puedo decir, “Yo y mi padre somos uno.” Ni siquiera está cerca, no importa que tan cerca esté, no lo está. Porque cercanía implica separación, y no está separado porque yo y mi padre somos uno. Es mí Ser esencial.

Me dio la libertad de elegir a qué estado quiero entrar. Sabiamente o neciamente. Que él lo exteriorizará para mostrarme exactamente qué hice. Pero me da la libertad de cambiarlo, puedo dejar el estado si deseo salirme de él.

Pero muchas personas se hunden en la miseria de esos estados, mañana tarde y noche y son totalmente ignorantes de que son ellos mismos los que lo están haciendo. Dirán: “Oh si claro, pero…” y cinco segundos después van inmediatamente de nuevo a ese estado. He tenido entrevistas con gente que me decía “Esto es lo que yo quisiera. Pero primero debo decirte que…”.

¡No me digas nada! Dime sólo lo que quieres. Son sólo estados. Insisten en revolcarse en la miseria del pasado. Hay una anciana que le encanta confesarse una y otra vez al cura. Sé sobre un problema que tuvo cuando era una jovencita, y le digo, “Sabes querida, esto me lo cuentas una y otra vez”, y ella me dice, “Si, pero ¡es que me encanta hablar de eso!” Ese es el tema. Les encanta hablar de todas las miserias del mundo.

Les digo, olvídenlo. Sepan exactamente qué quieren de este mundo, atrévanse a asumir que ya lo son, y entréguense completamente, ríndanse a las profundidades de su Ser, y él tendrá los medios que ustedes no conocen. Él lo exteriorizará en tu mundo.

La oración en el sentido real, es la subjetiva apropiación de la esperanza objetiva. ¿Qué es lo que esperas? Bueno, ahora subjetivamente aprópiate de ello. Esa apropiación subjetiva de la esperanza objetiva, es el arte de la oración. Porque tu Padre sabe exactamente de qué te apropiaste. Él lo vio. Y él no te está juzgando, él te lo va a dar. No te preguntará nada, te dará exactamente aquello que te has apropiado.

Yo me apropié de un viaje, cuando me dijeron que no podía salir de la isla por meses y meses. Mantuve mi cita en Milwaukee. Llegué a la ciudad de Nueva York la primera semana de mayo, y volé a Milwaukee y así mantuve mi cita.

Así que lo mismo es verdad para todos los que están en este mundo. Yo no soy único en el sentido de que no soy diferente de todo hijo nacido de mujer. Tú eres único, y yo soy único en el sentido de que no podemos ser duplicados. Y por eso todos tienen que ser redimidos, porque es el todo, y si no algo faltaría del todo. Así que te puedo decir que todos serán redimidos.

Quizás tengas que atravesar el infierno antes de que te despiertes. Pero aún así serás salvado, todos serán salvados. Porque el Todo hace al Uno que es Dios.

Pero, ¿para qué esperar? ¿Y para qué seguir teniendo trabas y golpes en este mundo, cuando puedes aprender el significado verdadero de las escrituras sobre el arrepentimiento? Y no vayas a decirle a nadie que estás pecando y que te de algo para hacer, para poder arrepentirte. Todo eso son tonterías.

No me importa lo que hayas hecho. Tu Padre no te condena. Es el estado en el que estabas cuando cometiste ese acto, y el hombre juzga al individuo y no al estado. Juzga al estado, pero no al individuo en ese estado. Estaba tan solo metido en ese estado involuntariamente.

Blake decía: “Yo no considero que ni el justo ni el malvado estén en un estado supremo, sino que están en todos los estados dormidos en los cuales el alma puede caer en sus sueños mortales del bien y del mal.”

Cada persona cae en un estado. Entonces, ¿por qué condenar al hombre o a la mujer por el estado en el que cayó? Sácalo de ese estado. Todas las cosas son redimibles.

¿Cómo lo sacas? Pregúntale qué es lo que quiere. Quizás no quiere salir de ese estado. Si quisiese salir de ese estado, le preguntas qué es lo que quiere, y en el ojo de tu mente te lo representas como a ese hombre o mujer que ellos quisieran ser. Y luego ríndete completamente a tu Padre, porque él sabe cómo hacerlo, sabe cómo producirlo en ellos.

Un amigo mío fue a san Francisco a pedido mío, uno al que le enseñé la Ley y le expliqué lo más que pude la Promesa. Antes de que él puediera dar una conferencia en San Francisco, una ciudad a la que nunca había ido, estaba caminando con su perro por la calle y un hombre se le cruzó, tambaleándose un poco, y le pidió dinero, porque no tenía empleo y necesitaba ayuda, sabía que era para tomar pero mi amigo no juzga por esa razón, no le importa si se toma todo el alcohol del mundo. Pero mi amigo pensó que podría aplicar este principio así que le dijo, “No tengo dinero, pero lo que tengo te lo doy.” El hombre no entendía a qué se refería, pero le agradeció y se fue. Mi amigo no dio un paso más sin antes hacer lo que era su responsabilidad. Se representó a ese hombre dentro de sí mismo como si ya tuviera un trabajo, sin necesidad de pedirle nada a nadie. Y luego siguió caminando con su perro.

Una semana después, estaba caminando por la calle, un hombre viene hacia él y le dice, “No sé si me recuerda;” mi amigo le dijo, “Oh, sí claro que lo recuerdo.” El hombre le dijo, “Quiero agradecerle por no darme ayuda cuando se la pedí la otra semana. Porque si me la hubiera dado, hoy también le estaría pidiendo dinero. Pero me enojé tanto conmigo mismo, porque usted me rechazó, y yo estaba en esa posición de mendigo, que fui al otro día a buscar empleo y conseguí uno maravilloso, y ahora estoy trabajando.” Todo lo que hizo mi amigo fue imaginarlo con un trabajo.

Así que se nos dice en el Libro de Hechos, “No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te lo doy.” Puedes dar cualquier regalo de tu imaginación, ¡así que dadlo! Y luego ríndete completamente a la profundidad de tu propio Ser, sabiendo que tiene el poder creativo de exteriorizarlo. Todos pueden hacerlo. No tienes que graduarte de ningún lugar en este mundo. Si quieres un título, bueno consíguete un título. Son todos comprados de todas maneras. Puedes poner 30 dólares en el correo, enviarlos a la India y te darán un título. ¿Quieres algo más elevado? Obtén algo más elevado, lo que sea que desees. Pero sin exámenes ni estudios puedes conseguirte un título de cualquier manera. Esas son las tonterías más grandes. Y tantos hoy en día se llaman “doctor de esto y lo otro” y pagaron ese título.

Quédate con los más grandes hechos, el mejor libro de todos, la Biblia, que nunca cambia. Pero es el libro más malinterpretado del mundo. Porque se enseña como historia secular y no lo es. Es historia divina, es la historia de la salvación, y estos personajes no son personas como tú, son eternos estados de consciencia. Pero son personificados cuando tú cuentas la historia. Hemos tomado la personificación como personas. Y las personas que explican las instrucciones como las instrucciones. Mientras sigamos explicando la Biblia como historia secular, nunca conoceremos la Biblia.

Así que te digo, lo que hayas hecho hoy, si no te gusta, cámbialo a otro estado. No trates de eliminarlo, no permanezcas en ese estado porque si no lo volverás a hacer. Lo harás una y otra vez mientras permanezcas en ese estado. Podrás afirmar de aquí a la eternidad: “Nunca más haré éso,” y te encontrarás quizás 24 horas después haciéndolo otra vez. Sal de ese estado, y que sea como si nunca hubieras hecho éso, en toda la eternidad. Porque ahora, no es parte tuya, no es parte de tu estado nuevo. Pero no eres un estado. Eres todo imaginación, y la imaginación no es un estado, todo lo demás son estados pero no la imaginación. La imaginación es el individuo en sí, ése es Dios, tu hermosa imaginación humana. Cuando dices YO SOY, ése es Dios por siempre y para siempre.

Así que mi nombre está en él, y por eso ¿a dónde iré para buscar a Dios?

Ahora sin fe en Dios, en tu maravillosa imaginación humana, no puedes agradarle. Entonces, ¿quién vendrá a él? Primero tienes que creer que él existe. No tengo que preguntarte si estás consciente de ser. Ya sabes con certeza que tienes consciencia de ser, bueno, eso es decir YO SOY. Entonces hasta ese punto sí sabes que existes. Quizás creas que morirás cuando el cuerpo físico se muera. Yo te digo que no mueres con el cuerpo físico. Quizás creas que el cambio de estado es un cambio en el sentido de la muerte, pero no es así.

El individuo se mueve de estado a estado, pero los estados permanecen eternos para que otros ocupen esos estados. Yo dejo detrás a la ciudad de Los Ángeles y me muevo a otro lugar, pero la ciudad de Los Ángeles permanece. Yo soy el peregrino, el que se mueve. Y el peregrino es tu maravillosa imaginación humana, ése es tu Ser inmortal. No puedes morir, no puedes ir a la eterna muerte en aquello que no puede morir. Ése es tu Ser inmortal. Pero permanecerás en este mundo hasta que descubras quién eres. Y nadie en el mundo te podrá convencer, más que el hijo.

Cuando el hijo aparezca todos los argumentos se terminan. Sabrás exactamente quién eres. Sabrás que eres Dios Padre. No hay otra cosa que te pueda convencer de esto. Podría intentar convencerte hasta el fin de los tiempos, pero nada te convencerá más que cuando veas a David. Cuando veas a David, el salmista. Él es el Mesías, él es el Cristo. Y Jesús es el Dios Jehová. Ése es el misterio.

David en el espíritu lo llamó “mi Señor” como un hijo le habla a su padre “mi Señor”. Cuando esto fue escrito, los hijos le decían a sus padres “mi señor”. Abraham lo llamó: “Mi Padre.”

Espero que lo tomen en serio esta noche, y realmente vivan por La Ley. No te va a fallar, te lo aseguro. Puedes cambiar tu mundo y hacerlo conforme a tu estado ideal. Enséñale a aquellos que lo quieren escuchar. Muchos no lo harán, pero no te preocupes. Si no te escuchan, déjalos en paz. No trates de forzarlos a que lo entiendan. Pero les digo que el crecimiento espiritual es la transición gradual de un Dios de tradición a un Dios de experiencia. Y gradualmente crecerán y crecerán hasta olvidar las tradiciones y encontrarán al Dios de la experiencia. Cuando lo encuentren, no lo dejarán ir. Sabrás que todas las cosas están sucediendo en tu maravillosa imaginación humana.

Ahora vayamos al silencio.



Traducido por Laura Arrojo
La conferencia original en inglés es REPENTANCE, A GIFT OF GOD (Neville Goddard – no date)



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4 comentarios:

  1. Muchas gracias Laura y Manu. Desde mi corazón les deseo lo mejor.

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  2. hola buenos dias disculpe porque ya no puedo bajar los audios?

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    1. Hola María. Los audios los tienes tanto en IVOOX como en YouTube. Al final de la conferencia tienes los links. En IVOOX los puedes descargar aunque no tengas una cuenta allí. Saludos.

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