~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 20 de octubre de 2012

CAMINA POR FE (Neville - 6 de noviembre de 1967)

Neville Goddard (6 de noviembre de 1967)


CAMINA POR FE



Blake hizo la pregunta: “¿Por qué es que la Biblia es más entretenida e instructiva que cualquier otro libro? ¿No será porque se dirige a la Imaginación, que es sensación espiritual, y sólo inmediatamente al entendimiento o la razón?”

El libro único, llamado la Biblia, se compone de sesenta y seis libros. Toma este desafío. Lee cada libro como si la profundidad de tu alma le estuviera hablando a tu mente superficial. Como si la inefable Imaginación le estuviera hablando a la Imaginación humana, y no a tu entendimiento inmediato o mente razonadora.

Examinemos este pensamiento. En su 2da carta a los Corintios, Pablo dice: “Caminamos por fe y no por vista.” Cuando caminamos por vista, conocemos nuestro camino por los objetos que el ojo ve. Pero Pablo nos dice que ordenemos nuestra vida por los objetos vistos sólo en la imaginación. En otras palabras, cuando sabes a donde quieres ir y lo que quieres ser, se te dice que no reordenes tu estructura física, sino que camines por fe, viendo sólo la estructura reordenada de tu mente. Y si permaneces fiel a ese estado de consciencia, lo que es visto sólo en tu imaginación se objetivará en tu mundo.

Pablo añade ahora otra observación, diciendo: “Esta cosa hago. Olvidando lo que está detrás, me esfuerzo hacia lo que está delante.” La meta de Pablo era el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús, pero tú no necesitas tener tal meta. Tu deseo podría ser un negocio exitoso. Ahora bien, todo empieza en la imaginación, pues el hombre es todo imaginación y Dios es el hombre. Dios y el hombre difieren sólo en el grado de intensidad de imaginación. Ahora con baja intensidad, el hombre camina por vista o por fe en su imaginación humana. Caminar por vista es más fácil, porque los edificios raramente se mueven. Pero cuando caminas por fe, los objetos en el ojo de tu mente deben permanecer tan estables como los del ojo físico.

Mi hermano Víctor quería ser un exitoso hombre de negocios, y él sabía cómo permanecer fiel a lo que imaginaba. En 1924, cuando nuestra familia no tenía un centavo, Víctor reordenó el nombre en un edificio (en el ojo de su mente) para dar a entender que nosotros lo poseíamos. Hizo esto durante dos años, cuando – sin más dinero que cuando empezó a imaginar – un conocido casual compró el edificio para nosotros sin garantías por 50.000 dólares. Hace ocho años vendimos el edificio a un banco por 850.000 dólares, ¡y no hay impuesto de plusvalía en Barbados!

Caminando por fe, cada día mientras Víctor pasaba por ese edificio, él veía “J. C. Goddard & Hijos” sobre la marquesina en lugar del nombre existente de “F. N. Roach & Company”. La vista le decía que el edificio pertenecía a otro, pero la fe decía que el edificio era suyo. Simplemente reordenando la estructura de su mente cada día durante dos años, la suerte de nuestra familia cambió.

Ahora, se nos dice: “La fe es la certeza de las cosas que se esperan; la convicción de las cosas que no se ven; de manera que lo que se ve fue hecho de las cosas que no aparecen.” (Hebreos 11) Sólo mi hermano Víctor veía su acto mental. Otros veían el letrero, “F. N. Roach & Company” – por vista, pero Víctor veía las palabras, “J. C. Goddard & Hijos” – por fe.

Una vez alguien le preguntó a Blake qué veía cuando miraba al sol, y él respondió, “Veo una hueste de ángeles cantando, 'Santo, Santo, Santo, Señor Dios Todopoderoso'.” Todos nosotros podemos ver el mismo árbol pero verlo de manera diferente, del mismo modo que podemos ver al mismo hombre. Uno puede verle necesitado, mientras otro lo ve con un empleo bien remunerado, ambos utilizando el mismo poder. Tú tienes el poder para vivir tanto por fe como por vista. Si vives por vista, aceptando todo lo que suceda, permaneces siendo un autómata, incapaz de cambiar las condiciones y acontecimientos en tu mundo. Sólo cuando empieces a vivir por fe tu vida cambiará.

Pablo nos dice que no importa lo que haya hecho o dejado de hacer, él lo pone detrás suyo y se extiende hacia delante a lo que está por venir. El ideal de Pablo era ser llamado al punto más alto de Dios. Espero que este sea tu ideal, también, pero tal vez no lo sea. Quizás otras cosas te estén presionando, tal como la necesidad de dinero. Si es así, haz ese tu objetivo, pero usa la misma técnica.

Pon el pasado detrás de ti. No mires hacia atrás y te conviertas como la mujer de Lot que se volvió una estatua de sal – que es un conservante. Tú siempre pones lo que quieres conservar en salmuera. Si te vuelves y moras en el estado que quieres dejar atrás, lo has colocado en salmuera y llegará a ser una vez más. Pero si le das la espalda al pasado independientemente de lo que hayas o no hayas hecho, y te extiendes hacia delante a lo que quieres ser o hacer y permaneces fiel a tu deseo – nada puede impedirte lograrlo. Te convertirás en el hombre (o la mujer) que tú asumas que eres, ¡si persistes en la asunción de que ya estás allí!

Como Blake, he encontrado la Biblia de lo más entretenida, desafiante e instructiva. No es un libro fácil de leer, sin embargo. Si lo fuera, no sería digno de mi atención, pues como los antiguos descubrieron, lo que no es demasiado explícito es más adecuado para la enseñanza, ya que despierta las facultades para actuar.

Toma esta simple afirmación en Hebreos: “De muchas y variadas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, pero en estos últimos días nos ha hablado por medio de su hijo que refleja la gloria de Dios y lleva el sello de su naturaleza.”

Los profetas, los instrumentos a través de los cuales Dios habló, recogieron sus visiones de lo que Dios quiso, diciendo: “Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento pregona su obra.” (Salmos 18 y 19) Pero en los últimos días Dios nos habla por medio de su hijo, David. Esta es una fantástica revelación, pues al final Dios va a revelarse a Sí Mismo.

Te podría decir hasta el final de los tiempos que tú eres Él, pero sólo David puede hacer que tú lo creas. Te diré por qué. Muchas personas, como el obispo Pike, cuestionan la autoridad de las Escrituras; pero nunca serán cuestionadas después de experimentarlas.

En el Libro del Apocalipsis, Jesucristo es llamado “la palabra de Dios”. Y en el Libro de Juan él declara que su palabra es verdad. Yo puedo decirte: sólo cuando una verdad se experimenta puede ser conocida. Yo sé que lo que he experimentado es verdadero. Tú has escuchado mis palabras y me crees, pero no conocerás su verdad en la medida que lo hago yo hasta que las experimentes.

Te he dicho cómo mi hermano caminó por fe en vez de por vista, y creó un negocio fabuloso en las islas. La vista le decía que él no tenía un centavo a su nombre. Pero en la fe él comenzó a alterar su vida mediante eso que sólo su imaginación podía ver. Tu vista registra lo que está delante de ti ahora mismo. Si no te gusta, tienes un “YO” dentro que es Cristo en ti. Él es el poder de la imaginación que, a través de la fe, puede cambiar tu vida.

Como el poder operante de tu imaginación, tú puedes decir a dónde vas y qué estás haciendo al observar tus pensamientos. Si ciertos acontecimientos de tu pasado son desagradables y tú los recuerdas, estás ordenando su experimentación. Pero si le vuelves la espalda al pasado olvidando lo que está detrás y te extiendes hacia delante a lo que está por venir, tú ordenarás tus conversaciones [internas] rectamente y te convertirás en lo que contemplas. Esta verdad nunca será refutada, pero tú eres su poder operante y debes vivir según ella. No necesitas nada en el exterior, sino que puedes empezar justo donde estás; pero tienes que caminar en la dirección que dispongas en tu imaginación.

Hazte esta simple pregunta: ¿Cómo sería si fuera cierto que yo soy ahora la persona que quiero ser? Entonces alcanza su sentimiento, su sensación espiritual. ¿Qué es eso? Te lo mostraré de una manera muy simple. Siente un trozo de vidrio, ahora siente una pelota de béisbol. ¿Se siente la pelota de béisbol igual que el vidrio? ¿Puedes sentir una pelota de tenis? ¿Se siente igual que una pelota de béisbol o un trozo de vidrio? ¿Puedes sentir un trozo de tela, una violeta, un piano? ¿Se sienten todos ellos igual? Por supuesto que no. Esa es la sensación espiritual – una manera vívida de ver, oír, oler, saborear y sentir la realidad.

Hace unos años di una conferencia similar en la ciudad de Nueva York y una señora de mi audiencia decidió ponerme a prueba. Mientras estaba sentada en su silla ella [imaginó que] abrazaba un gran ramo de rosas. Las olió, sintió sus pétalos aterciopelados, y vio su belleza en el ojo de su mente. Luego, rompiendo el silencio se marchó de mi conferencia y regresó a su habitación de hotel en el Waldorf Astoria.

Al día siguiente, a la reina madre, la Reina Isabel, se le dio una fiesta en el Waldorf Astoria a la que asistieron dos mil personas. Después del recibimiento, el maître (el jefe de los camareros) no queriendo tirar las flores que había allí, les ordenó a sus hombres que llevaran tres docenas de rosas a la habitación de esta señora. Y cuando ella llegó a su habitación esa noche, todo lo que podía oler eran esas hermosas rosas. Ella había abrazado y se había perdido en la sensación de la posesión de hermosas rosas. Caminó por fe y no por vista, y al día siguiente su habitación se llenó con el aroma celestial de las rosas.

Ahora, tal vez debido a su recuerdo, te encuentres continuando mirando hacia atrás a lo que eras (y eres) y no adelante a lo que quieres ser. Si ordenaras tus conversaciones rectamente, ahora mismo, su verdad sucedería de la forma más sencilla.

Una costurera y diseñadora de ropa que yo sé que quería más dinero, usando su imaginación, sostuvo un sobre en su mano y oyó el desgarro del papel mientras lo abría. Volcando el contenido fuera, ella contó el dinero hasta el último céntimo. Hizo esto durante siete noches. Al octavo día, una señora la llamó, ofreciéndole un trabajo por el que le pagaba, hasta el último céntimo, lo que ella había imaginado. ¿Sabes?, esa señora podría haber contado mucho más y lo hubiera recibido, pero ella estaba suficientemente satisfecha con la cantidad que había imaginado.

Ahora, si hay evidencia de una cosa, ¿importa lo que el mundo piense? ¿Podrías alguna vez quitarle a esta señora su experiencia? ¡No! La verdad, experimentada por ella es paralela a las Escrituras, pues todas las cosas son posibles para el que cree. ¿Cómo hizo esta señora para creer lo que ella estaba imaginando? Lo hizo trayendo a escena todos sus sentidos para representar este acontecimiento. Usando su sentido del oído, ella oyó desgarrarse el papel. Volcando el contenido del sobre, ella oyó caer el dinero sobre la mesa. Ella sintió el sobre y vio los billetes en su interior. ¿Sabes que el dinero tiene un olor diferente al de cualquier otra cosa? Así que tú puedes oler el dinero. Ella determinó qué haría si tuviera el dinero y lo hizo.

Otra señora fue a los grandes almacenes Sterns de la ciudad de Nueva York, diciéndose para sí: “Neville dice que puedo tener cualquier cosa que yo quiera si imagino y creo en mi acto imaginario.” Sin tener dinero, esta señora se acercó al departamento de sombreros, se quitó su sombrero y se probó uno nuevo. Caminando por la zona, ella se admiraba a sí misma delante de todos los espejos, pero cuando regresó, su sombrero había desaparecido. Cuando se lo describió a la vendedora, ¡se enteró de que su sombrero había sido vendido! Llamaron al gerente de la sección, y él le dijo que cogiera cualquier sombrero que ella quisiera, cortesía de Sterns. A ella le gustaba el que se había estado probando, de modo que salió de la tienda con su nuevo sombrero en la cabeza, y sin haber pagado ni un centavo por él.

He aquí otra historia de una naturaleza similar. La profesión de esta señora era la de ser una dama de la noche. Ella asistía a todas mis conferencias, y un día me dijo: “Sabes, Neville, sucedió la cosa más extraña. Tú me dijiste que yo podía tener cualquier cosa que quisiera si simplemente lo imaginaba.

Un día vi un hermoso sombrero en el escaparate de unos grandes almacenes en Broadway. Costaba 18 dólares, pero me encantaba, así que me imaginé llevando el sombrero. Mientras caminaba por la calle me quedaba mirando mi reflejo en los escaparates de las tiendas, viendo ese sombrero sobre mi cabeza. Al llegar a casa, me imaginé colocando el nuevo sombrero en el armario en lugar del mío viejo. Cada día, durante la siguiente semana o diez días, cuando me ponía mi viejo sombrero, me imaginaba que era el nuevo. Entonces un día una amiga me llamó y me pidió que fuera a verla. Una vez allí, ella trajo una caja de sombrero y dijo: 'Debía estar loca cuando compré este sombrero. No lo llevaría a una pelea de perros; sin embargo, por extraño que parezca, creo que te quedaría muy bien a ti.' Ella abrió la caja y sacó, no un sombrero, sino el sombrero, el mismo sombrero que yo había visto en el escaparate y llevado puesto en mi imaginación.” Luego ella preguntó: “Neville, ¿por qué Dios no me dio el dinero para comprar yo misma el sombrero, en lugar de dármelo de esta manera?”

Conociendo su profesión, dije, “Ann, ¿debes algún alquiler?” y ella respondió, “Sí, dos semanas.” “¿Cuánto pagas, alrededor de 17,50 dólares por semana?” “Sí.” “De modo que debes 35 dólares. ¿Cuánto suelen costar los sombreros que te compras? ¿Tres o cuatro dólares? ¿Alguna vez te has comprado un sombrero de 17 dólares?” “Nunca.” “Entonces dime honestamente. Si, cuando estabas mirando el sombrero, hubieras visto un billete de 100 dólares en el suelo, ¿hubieras comprado el sombrero?” Ella dijo, “No.” Entonces dije, “No importa cuánto dinero Dios pudiera haberte dado, igualmente tú no habrías comprado el sombrero, así que alguien tenía que comprarlo por ti, y lo hizo.”

Yo he comprado prendas de vestir, las he llevado a casa y me he preguntado qué me poseyó para comprarlas. Lo hice porque alguien estaba pisando en el lagar en otra parte. Alguien imaginó un traje de vestir, así que yo fui a mi sastre, elegí la tela y pagué el traje. Pero cuando lo llevé a casa, mi esposa no me dejaría tenerlo allí. Entonces, un amigo que quería algo igual a ese traje se puso en contacto conmigo y se quedó el traje. Él estuvo pisando en el lagar mientras yo pagaba el traje.

Créeme, la imaginación es sensación espiritual. Es una visión vívida, un sonido vívido. Cuando Beethoven se quedó sordo, todo sonido para el oído externo llegó a su fin. Entonces Beethoven comenzó a oír con el oído interno y escribió toda la hermosa música que tanto disfrutamos.

Tú puedes ahora pensar en alguien que ames y oírle hablar. Si no puedes oírle, usa uno de tus otros sentidos espirituales. Un toque, un sonido, una vista o un olor lo hará. Sé que en la ciudad de Nueva York, hace años, mientras yo caminaba por Harlem, olí el olor de una cocina que instantáneamente me trasladó a Barbados. Aunque estaba físicamente en Harlem, mi sentido del olfato me decía que yo estaba a 2.000 millas de distancia en Barbados.

Puedes recordar un sonido, un tacto, una imagen, y colocarte en cualquier lugar. Como Pablo, aprende a caminar por fe y no por vista. Olvida lo que está detrás y extiéndete hacia delante a lo que está por venir. En el tercer capítulo de Filipenses, Pablo llama a su deseo la llamada de Dios en Cristo Jesús, pero no tiene que ser el tuyo.

Te insto a intentar esto, ya que tu vida es para siempre. Nada muere. La pequeña rosa que florece una vez florece para siempre, pues nada desaparece. Si un ser querido deja de estar en esta pequeña esfera él no muere, sino que es devuelto a la vida instantáneamente para continuar su maravilloso viaje en esta era hasta ese momento en el tiempo en que Dios le hable a través de su Hijo, que lo llama Padre. Sólo entonces sabrá que él es el autor de su mundo. Entonces su viaje habrá finalizado, y cuando se quite su pequeña vestimenta será por última vez.

Pablo nos dice en Filipenses: “Deseo partir y estar con Cristo, pues eso es muchísimo mejor, pero más necesario es que me quede en la carne por vuestra causa.” Pablo anhelaba partir y ser uno con Dios Padre, pero sabía que era necesario para él permanecer en la carne y continuar su enseñanza, igual que hago yo.

Toma mis palabras en serio y cumple cada uno de tus deseos. Aprende a caminar por fe y no por vista y, como Pablo, dale la espalda a todo lo que alguna vez hayas logrado y avanza – por fe – hacia la meta que te hayas fijado para ti mismo. Sabiendo lo que verías si tu meta fuera alcanzada, cómo te sentirías si estuvieras allí, y qué harías ahora si fuera verdad. Camina en ese estado y lo lograrás.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Manu LDA
La conferencia original en inglés es WALK BY FAITH (Neville Goddard 11-06-1967)




2 comentarios:

  1. ¡Hola Manu! que tal estas?
    Me ha gustado mucho esta entrada de la Fe, pues creo que es muy útil en estos tiempos recordarlo.
    ¡gracias por compartirlo!
    Nuria.

    ResponderEliminar