~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 6 de abril de 2013

LA IMAGINACIÓN SE CUMPLE (Neville - 26 de octubre de 1968)

Neville Goddard (26 de octubre de 1968)


LA IMAGINACIÓN SE CUMPLE



Yo digo que la imaginación crea la realidad, y si esta premisa es cierta, entonces la imaginación se cumple en lo que tu vida se convierte. Aunque yo he cambiado las palabras, lo que estoy diciendo no es nuevo. Las Escrituras lo dicen de esta manera: “Lo que tú desees, cree que lo has recibido y lo habrás recibido.” Esta afirmación se remonta a dos mil años, incluso antes de que Jeremías hablara del mismo principio en su historia de la vasija y su arcilla.

Pero hasta que la imaginación se vuelva una parte de tu hábito natural de pensamiento normal, tú no actuarás conscientemente. Como respirar, esta conciencia debe convertirse tanto en una parte de ti que no te vuelvas a izquierda o derecha para rogar o culpar a nadie. Cuando tú conozcas esta presencia, no importará si empezaste tu vida detrás de la bola ocho(1) o en un palacio; como un niño pobre o un niño rico; te darás cuenta de que la vida está siempre exteriorizando lo que tú estás imaginando.

No tener el conocimiento de este principio, de que tú puedes reproducir tu entorno – sea agradable o desagradable – siempre y para siempre, según alimentes o tu imaginación o lo que tus sentidos dictan. Pero conociendo este principio puedes ignorar el presente, y desligado de los llamados hechos de la vida puedes imaginar el presente como tú desees que sea y que se alimente de tu deseo, y no de su omisión.

Ahora, la imaginación no se puede observar como vemos los objetos en el espacio, pues la imaginación es su realidad. Fawcett da el nombre de “Dios” a la causa del universo, diciendo: “Dios, el creador, es como puro imaginar en nosotros mismos. Él obra en las profundidades de nuestra alma subyaciendo a todas nuestras facultades, incluyendo la percepción, y surge en nuestra mente superficial menos disfrazado en forma de fantasía productiva.”

¡Escucha tus pensamientos y oirás las palabras de Dios! Un pensamiento que no es sentido no produce nada. Pero un pensamiento que produce elementos motores ¡se reproduce! Atrapa a Dios en un momento de un elemento motor tal como la cólera, el miedo o la frustración, ser felicitado o felicitar, y sabrás lo que va a suceder en tu mundo. A menos, por supuesto, que detengas tus pensamientos y los revises. La mayoría de nosotros, sin embargo, no somos conscientes de lo que estamos haciendo, de modo que no observamos al creador. Pero podemos atraparlo cuando fluye en nuestra mente superficial menos disfrazado en forma de fantasía productiva.

Si mientras vas en el autobús, conduciendo el coche, sentado en casa o estando en un bar oyes una observación y reaccionas moviéndote en el interior, esa observación se cumplirá en lo que tu vida se convierta. Este principio te libera, si estás dispuesto a asumir su responsabilidad.

Pero la asumas o no, cumplirás cada pensamiento elemento motor tuyo de cualquier modo. Así que al final, tú no simpatizarás ni condenarás, sino que simplemente le hablarás, a aquellos que pueden estar atravesando por una experiencia desagradable, de este principio, y – si ellos lo aceptan – dejarás que el principio funcione en sus vidas.

Ahora, la persona media en América es cristiana o judía. Pregunta a cualquiera de ellos si creen que imaginar crea la realidad, y todas las probabilidades son de que te den una respuesta negativa. Pero aunque ellos no lo sepan, si creen en Dios creen en la imaginación. Ellos pueden leer las Escrituras y aceptar las palabras en la superficie, pero su sentido no se ha convertido en parte de su pensamiento.

La noche pasada, por ejemplo, oí a Billy Graham por primera vez. Había miles de personas en la audiencia escuchando a un coro de miles de miembros cantar la canción “Oh, cuánto amo a Jesús.” Ahora, no quiero ser crítico, pero cuando oí a Billy Graham hablar, me di cuenta de que él no tenía el menor concepto de Jesús, mucho menos de su segunda venida. Él decía: “Si Jesús viniera ahora, tan sólo imagínate, no habría más cáncer, ni más fallos cardíacos, ni más muerte.”

Billy Graham cree que el cielo está hecho de cuerpos de carne y hueso en estados excrementicios. Y tendrían que tener cuartos de baño ahí, si no hubiera más muerte. Si estuvieras aún en un cuerpo, eso es excrementicio. Tendrías que tomar la comida que se te da, y lo que no pudieras asimilar tendrías que expulsarlo. Y, a menos que perdieras todo sentido de la vergüenza y volvieras al mundo animal, tendrías que tener un cuarto de baño. Yo escuchaba a este hombre y me preguntaba: ¿es este el hombre que estuvo departiendo en la Casa Blanca y fue recibido por el Papa en el Vaticano? (Por otro lado, el Papa es igualmente tonto respecto al misterio de Cristo.)

Luego, al final del programa, hubo una petición de dinero. Él te dará dos libros que no habías pedido. Uno interpreta la Biblia y el otro interpreta al primero. Todo lo que tienes que hacer es enviar tu donativo a esta sencilla dirección: Billy Graham, Minneapolis, Minn. “Pero”, dijo él, “este programa nos ha costado 500.000 $, y nosotros no tenemos ese dinero. Así que si usted está solo por favor envíe una contribución. Pero si no está solo, entonces haga una colecta entre todos los que estén con usted y envíela.” Ahora, esto continúa noche tras noche ¡durante toda una semana! Él es un ser grande y maravilloso, pero no tiene ningún concepto del misterio de Cristo.

Ahora quiero mostrarte lo que quiero decir cuando digo que tú puedes ser exactamente lo que quieras ser. Déjame empezar diciéndote que durante el último par de meses me he sentido como el diablo, sin embargo sabía que yo era responsable del infierno en que me encontraba. El médico me hizo todas las pruebas posibles, y cuando le vi ayer me dijo que yo era un dilema.

¿Sabes qué es un dilema? Es un argumento que presenta dos o más alternativas igualmente concluyentes contra un oponente. En otras palabras, si partes de la suposición de que cualquiera que tú elijas tu conclusión será errónea, tú tienes un dilema. Tú puedes utilizar cualquier cosa como un dilema. Por ejemplo a mí. Mi sangre indicaba una cosa en una cierta prueba y la opuesta en otra. Las pruebas sólo confirmaron lo que yo ya sabía: que la causa de mi incomodidad descansa en la profundidad de mi alma y no en ninguna causa secundaria – tal como el tiroides, el corazón, el hígado o cualquier cosa fuera de mí mismo.

Yo estoy vistiendo un cuerpo, pero no soy yo. Yo me pongo en este cuerpo, lo cual me limita. Yo soy su poder operante. No puede ser causal, ya que sólo refleja lo que yo estoy manteniendo en mi imaginación. No debo justificarlo, condenarlo o excusarme de ningún modo. Sabiendo que no me sentía bien, yo cambié mi sensación, y cuando las pruebas (que yo había pasado para complacer a la persona que amo) volvieron, me enteré de que yo era un dilema.

Yo te pido tomar la misma responsabilidad. No pasar la pelota a ninguna persona, organización, situación o circunstancia, sino descubrir por ti mismo que imaginar verdaderamente crea la realidad. Si la causa de toda vida es Dios, entonces Dios debe ser todo imaginación. Y debido a que tú puedes imaginar, entonces – como Dios – tú eres pura imaginación en ti mismo. Independientemente de que la razón y tus sentidos lo nieguen, puedes imaginar cualquier cosa y traerla a que pase si esta premisa es cierta.

Ahora dejadme compartir algunas cartas maravillosas que he recibido recientemente. Una señora escribe: “En Julio mi coche necesitaba una reparación. Cuando firmé el recibo de crédito aceptando pagar el coste de 62 $, me imaginé que era un cheque, pues yo nunca firmo un cheque a menos que haya dinero en el banco para cubrirlo. Agosto y Septiembre pasaron sin ninguna solicitud de pago. En Septiembre un hombre me paró y deseoso de vender su casa me pidió ponerla en lista. Le dije que yo ya no estaba en el negocio y le recomendé a mi anterior corredor. Me olvidé completamente de ello, pero en Octubre, justo antes de que la comunicación de la reparación del coche llegara, recibí una comisión de remisión de mi anterior corredor por la cantidad de 68 $ – seis dólares más del coste de la reparación de mi coche.

Aquí el dinero – como la historia en el capítulo 6 de Lucas – vino a ella apretado, sacudido y rebosando. Todo el mundo en el mundo antiguo tenía un bolsillo grande donde se colocaba el grano y se apretaba hacia abajo hasta que rebosaba. Igual que la docena del panadero, esta señora recibió más de sus 62 $.

Luego decía: “Durante algún tiempo mi sillón favorito había necesitado tapicería nueva. Elegir el material y el patrón fue fácil, pero el coste de 87 $ tuvo que ser imaginado. De modo que en vez de limitarme a una cifra exacta, simplemente imaginé mi sillón ya nuevamente tapizado. Mientras estaba sentada en él, yo negaba su forro gastado, y cuando pensaba en él estando en otra parte de la casa, siempre lo veía como yo deseaba que fuera.

A primero de Septiembre, durante las vacaciones, nuestro vecino tuvo un ataque de corazón. Su mujer, deseando estar con su marido, me preguntó si su hijo podía quedarse con nosotros hasta su regreso. Puesto que él y nuestro hijo eran compañeros de juego e inseparables, John se quedó con nosotros durante cinco buenas semanas, y cuando su madre preguntó cuánto me debía, yo amablemente le dije, '¡Nada! Pero algún día, cuando tengas un viejo billete gastado de cien dólares escondido en tu cartera y no sepas qué hacer con él, puedes dármelo.' Y la señora contestó, 'Eso es exactamente lo que mi esposo y yo acordamos hacer', y tomó de su cartera un billete doblado de cien dólares y me lo dio. Ese dinero pagó el nuevo forro del sillón, más un suplemento de 13 $.” De nuevo vemos el dinero venir a ella apretado, sacudido y rebosando.

Cuando tú aplicas este principio hacia el aparente otro lo estás aplicando hacia ti mismo, porque no hay otro. Se nos dijo que cuando Job se olvidó de si mismo en su amor por sus amigos y oró por ellos, su propio cautiverio fue levantado. Luego todo lo que el aparentemente había perdido le fue retornado, multiplicado cien veces.

Cuando tú perdonas a otro pensando en él como te gustaría que fuera y convenciéndote de la realidad de tu acto imaginario, estás perdonándole por lo que él parece ser, poniéndole en un estado enteramente diferente. Haz eso y estás sustituyendo un concepto innoble por uno noble. ¡Eso es el perdón! El perdón pone a prueba la capacidad de la persona para entrar y participar de la naturaleza de lo opuesto. Un sacerdote dirá: yo te perdono, sin embargo cuando él se cruza contigo por la calle recuerda lo que fue confesado. Si él puede recordar, ¡no ha perdonado! El recuerdo de lo que fue hecho o dicho debe ser sustituido por otra cosa, de modo que lo primero no pueda ser recordado ya.

Si la actual Sra. Onassis sigue siendo la Sra. Kennedy a tus ojos tú no la has perdonado, porque estás aún viéndola en el antiguo estado. Perdónala perdiéndote tanto en la idea de su nuevo estado que sea todo lo que tú puedas recordar, y no el anterior. Sigue pensando en ella en el estado anterior y las has empujado de vuelta a él, pues hay sólo estados, exteriorizados.

Ahora aquí hay otra historia: Mi amiga fue a Pittsburgh este verano a visitar a una amiga de la infancia, que expresó el deseo de un nuevo órgano Baldwin. Ahora, poseyendo un órgano económico, mi amiga le dijo que cada vez que se sentara a tocar, imaginara ver la palabra “Baldwin” a través del frontal del órgano y afirmara que es su modelo de alta gama y haberlo pagado. Ella prometió hacerlo.

Ahora, el padre de la amiga había partido de este mundo, y cuando ella recibió un cheque de 4.500 $ de su patrimonio, ella lo gastó en reparaciones necesarias de la casa. Pero cuando llegó otro cheque con la cantidad de 3.500 $ del patrimonio, ella decidió comprar su órgano. Aunque el Baldwin de alta gama tenía un precio de 5.000 $, le dijeron que se lo venderían por 4.000 $, y le aplicarían un segundo descuento de 1.000 $ dólares a cambio de su órgano actual, haciendo que el costo total fuera de 3.000 $ por el órgano de sus sueños. Ella accedió a pagar los 3.000 $ y el órgano fue instalado.

Aunque una lluvia torrencial había provocado que el tejado de su casa necesitara reparación, el presupuesto de 1.700 $ se retrasó; así que cuando llegó, mi amiga recibió una llamada de su amiga preguntando por qué el constructor había esperado a dar su presupuesto hasta después que el Baldwin había sido comprado. Entonces mi amiga le contó la historia de mi amiga Ana, que vivía en Nueva York. Ana era una miembro de la profesión más antigua del mundo, la de ser una dama de la noche. Ella frecuentemente venía a mis conferencias, pero este día nos encontramos en la esquina de Broadway y la Calle 72, donde me contó esta historia. Un día, mientras pasaba junto a una tienda de sombreros, se enamoró de un bonito sombrero de su escaparate con una etiqueta que indicaba que costaba 17.50 $. Deseándolo tanto, decidió aplicar este principio, de modo que en su imaginación se colocó el sombrero en la cabeza, y mientras subía por Broadway sentía el sombrero en su cabeza. No quería mirar en un escaparate de una tienda y ser desilusionada, y cuando llegó a casa, imaginó que se quitaba el sombrero y lo colocaba en el estante superior antes de mirarse al espejo.

Diez días después una amiga la llamó y la invitó a almorzar. Cuando llegó, la amiga le entregó una caja de sombrero, diciendo: “No sé lo que me poseyó, pero compré este sombrero y cuando llegué a casa me di cuenta de que había cometido un error. No me gusta para mí, pero pienso que te quedaría estupendamente a ti, Ana.” Abriendo la caja metió la mano y sacó, no un sombrero, sino el sombrero.

Luego Ana me dijo: “¿Por qué Dios no me dio el dinero para comprar el sombrero, en vez de traérmelo a través de una amiga?” Le pregunté si ella se sintió obligada con su amiga, y cuando dijo que no con la cabeza, le pregunté cuánto pagaba ella habitualmente por un sombrero. Cuando me dijo 4 $ o 5 $, le pregunté si había comprado un sombrero de 17 $ antes. De nuevo la respuesta fue que no; y cuando admitió que debía el alquiler de dos semanas, le dije: “Si mientras estabas admirando el sombrero hubieras encontrado un billete de cien dólares en la acera, ¿habrías comprado el sombrero? Yo responderé por ti: no, no lo habrías hecho. Habrías pagado el alquiler y quizás comprado algunos comestibles, pero no habrías comprado el sombrero. Dime Ana, ¿cuánto dinero debe darte Dios para lograr que compraras un sombrero de 17 $? Si te hubiera dado mil dólares no lo habrías comprado, pues tú no estás acostumbrada a comprar sombreros tan caros; así que Dios sabe mejor cómo darte el sombrero que tú deseabas.”

Después de contar la historia, mi amiga preguntó: “¿Cuánto dinero debe darte Dios para comprar el órgano? Tú tienes el órgano porque tú lo imaginaste. Ahora aplica el mismo principio al nuevo tejado, pues la imaginación no te fallará.” He aquí un principio que la señora utilizó para su órgano, pero cuando se necesitaba un tejado nuevo ella olvidó la fuente de los fenómenos de la vida. La razón entró y le dijo que todo el dinero del patrimonio de su padre se había ido. Si tú la dejaras, la razón te quitaría este regalo divino y te dejaría pobre, de hecho. Pues tú tienes el regalo de poseer todo lo que imagines, ¡si eres fiel a lo que has asumido!

Ahora, una señora escribió diciendo: “Soñé que estaba en unos grandes almacenes con una querida amiga que accedió a vigilar mi bolso mientras yo compraba. Pero cuando volví, mi amiga se había ido y mi bolso estaba puesto en una bolsa de papel en el suelo. Al abrir el bolso descubrí que faltaban 30 $ y una pequeña tarjeta que llevo señalando que soy una ministra ordenada de Unity. Desperté preguntándome por qué alguien querría esa tarjeta.”

La tarjeta contenía el objeto central de la verdad en su sueño. Ella había pagado las treinta monedas de plata – el precio pagado por la verdad – y ahora ella había trascendido cualquier ordenación en este mundo. Por buena que Unity y todos esos grupos sean, están jugando sus papeles en ciertos niveles de la conciencia. Pero esta señora había ido más allá de cualquier ismo artificial, sea Unity, la Ciencia Cristiana o la Ciencia de la Mente. Todas esas son doctrinas artificiales, no basadas en la visión. A ella le fue mostrado que había pagado el precio por Cristo; y la tarjetita que le dio título para cierto nivel de conciencia había sido eliminada, pues ella había trascendido el nivel psicológico y entrado en el tercer nivel del arca de la vida – el nivel de la visión. Ella había encontrado a Cristo porque había pagado el precio.

Yo puedo decírtelo: ¡tú tienes dentro el poder para crear cualquier cosa! Deja a la gente ser lo que quieran ser, mientras te pones metas para tí mismo. No importa qué ha sucedido en tu vida o lo que la evidencia de tus sentidos te diga, el poder del universo está en ti. Ese poder es el Señor Cristo Jesús, cuyo nombre es YO SOY. Sin embargo no lo conocerás nunca a menos que lo pongas a prueba, pues sólo entonces te darás cuenta de que Jesucristo está en ti. Me enseñaron que Cristo estaba fuera en algún lugar en el espacio. Pero acepté el desafío y me puse a prueba, para descubrir que yo soy creador. Que yo creo desde dentro y que mi vida es el cumplimiento de mis propios actos imaginarios. No siempre he sido sabio en mi elección, pues la imaginación está siempre cumpliendo su estado imaginario y yo he imaginado cosas desagradables y las he cosechado convirtiéndome en el cumplimiento de lo que estaba imaginando.

Entonces me volví más alerta y descubrí que podía atrapar a Cristo mientras fluía a mi mente menos disfrazado en forma de fantasía creativa. Si mis pensamientos eran impulsos motores y eran desagradables, yo sabía qué esperar a menos que los revisara. Pero fueran agradables o desagradables, yo sabía que los cumpliría.

No envidies a nadie. Si un hombre tiene 500 millones de dólares y una chica está en lo alto de la escala social es porque Dios, en ellos, tuvo el deseo y se ha cumplido. Blake estaba en lo cierto cuando tituló su maravilloso cuadro: “¡Más, más! es el grito del loco. Menos que todo no es suficiente.” Las Escrituras nos dicen: “Todo lo tuyo es mío y lo mío es tuyo”, pues todo lo que Dios es, es tuyo, ya que tú heredas a Dios. Él es tu posesión, así que todo lo que Dios es, cuando tú Le heredas menos que todo no es suficiente. Pero el grito de “más” es el grito del loco, pues en tanto él quiera más, nunca tiene suficiente.

La Sra. Onassis se nutre de un fondo de crédito de más de 20 millones de dólares. Tú podrías pensar que era suficiente, pero tú puedes ajustarte a un modo de vida en que no lo sería. Están las necesidades de caridad, mas si tú deseas ser una de las diez mejor vestidas del país, debes tener una fortuna para gratificar ese deseo.

No hay nada malo en ello. Yo personalmente no tengo ningún deseo de ser nombrado entre los exteriormente bien vestidos. Espero estar interiormente bien vestido. Espero que mi luz sea cegadora. Yo espero que mi vestimenta sea tan poderosa que uno no pueda estar en su presencia a menos que esté cualificado para estar ahí. Y si yo modifico mi vestimenta para adaptarme al nivel en que otro está, para que él pueda ver al ser que yo represento, lo hago – pero ciertamente no en el exterior.

Yo te digo: imaginar crea la realidad. Créeme, pues es verdad. Fawcett estaba en lo cierto cuando decía: “El secreto de imaginar es el más grande de todos los problemas a cuya solución el místico aspira, pues el supremo poder, la suprema sabiduría y el supremo deleite descansan con mucho en la solución de este misterio.”

Un amigo mío envió al Sr. Fawcett mi libro, y llamó su atención hacia el capítulo llamado “La Revisión”. Él también envió una copia a un físico de una de nuestras grandes universidades. El físico sintió que puesto que las afirmaciones recogidas ahí no eran científicamente probables, el libro no era digno de su biblioteca. Mientras el viejo caballero – que fue filósofo y profesor en la Universidad de Oxford – escribió la carta más dulce, diciendo: “Yo no sé quién es Neville, pero habiendo leído el capítulo sobre la revisión como solicitaste, sé que él sólo pudo haberlo recibido de los hermanos. Nadie sino la sociedad divina podría haber dictado ese capítulo.” He aquí un hombre lleno de alabanza para un pensamiento que el científico ridiculizó porque estaba fuera de su alcance.

Te pido que me tomes en serio. La imaginación se cumplirá, de modo que no te limites por nada de lo que esté sucediendo ahora, no importa lo que sea. Sabiendo lo que quieres, concibe una escena que implicaría que lo tienes. Convéncete de su verdad y camina ciegamente en esa suposición. Cree que es real. Cree que es cierta y llegará a pasar. La imaginación no te fallará si te atreves a asumir y persistir en tu asunción, pues la imaginación se cumplirá en lo que tu vida se convierta.

Ahora, tú puedes conocer a alguien que tuvo una asunción pero murió antes de que fuera realizada. Yo puedo decirte: la muerte no termina con la vida. El mundo no deja de ser en el momento en el tiempo en que tus sentidos dejan de registrarlo. En cambio tú eres devuelto a la vida para continuar tu viaje, y tus sueños – irrealizados aquí – se realizarán ahí. Tú no puedes detenerlo, pues la imaginación está siempre creando la realidad.

Cuando mi hermano Lawrence estaba haciendo su salida de este mundo, yo le dije a mi cuñada que había matrimonio en el otro mundo, y ella – en un tono muy ligero – dijo: “Yo no quiero ir ahora, ¿pero tú piensas que Lawrence me estará esperando para que podamos volver a casarnos?” Bueno, respondí yo en el mismo tono ligero, diciendo: “Dios es misericordioso.” Dejaré eso ahí y tú puedes dar la interpretación que quieras respecto a lo que yo he dicho. ¿Pero imaginas a dos personas que han pasado su vida peleando como el perro y el gato queriendo perpetuarlo? No. Dios es misericordioso. Realmente lo es. Una vez que tú has experimentado un estado infeliz tendrías que ser un estúpido idiota para repetirlo. Pero después de la resurrección no hay dar o tomar en matrimonio, pues estás por encima de la organización de sexos – por completo más allá de ello.

Ahora entremos en el silencio.


(1) Se utilizaba para dar a entender que se está en una posición difícil y complicada. (Lo que pasa en el billar: si cuelas la bola 8 pierdes, y si estás detrás de ella, te bloquea el tiro y estás en situación comprometida)



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es IMAGINATION FULFILLS ITSELF (Neville Goddard 10-26-1968)




3 comentarios:

  1. Muchas gracias por la traducción. Agradecería mucho la posibilidad de entrar en contacto vía e-mail con Javier Encina. El mío es: alfaomega781(arroba)hotmail.com

    Gracias!

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  2. Gracias de todo corazón a Javier Encinas y a quienes se han dado a la tarea de traducir y compartir estas hermosas, claras y contundentes enseñanzas.
    Alejandro Alba

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  3. Gracias a vosotros por valorarlo y comentar.

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