~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


viernes, 1 de marzo de 2013

SIENTE PROFUNDAMENTE (Neville - 30 de mayo de 1969)

Neville Goddard (30 de mayo de 1969)


SIENTE PROFUNDAMENTE



Lo que tú sientes profundamente es mucho más importante que lo que estás pensando. Puedes pensar en hacer algo durante mucho tiempo y no hacerlo nunca, pero cuando sientes algo profundamente te ves impulsado a actuar – ¡y Dios actúa! Él, que es la causa de toda vida, actúa a través de la sensación de sentir. Puedes pensar en mil cosas, sin embargo no ser movido a actuar sobre una sola de ellas. Una convicción profunda – sentida, es mucho más importante que cualquier cosa que tú puedas pensar nunca.

Vayamos al primer capítulo de la epístola de Santiago: “Pide con fe, sin dudar, pues el que duda es como la ola del mar que es llevada y sacudida por el viento. Que esa persona no crea que un hombre de doble pensamiento, inestable en todos sus caminos, recibirá algo del Señor. Sino sed hacedores de la palabra y no sólo oidores, engañándoos a vosotros mismos. Pues si eres un oidor sólo y no un hacedor, eres como un hombre que observa su cara original en el espejo y luego sigue su camino, olvidando cómo es. Pero si eres un hacedor de la palabra y no sólo un oidor olvidadizo, observarás la perfecta ley de la libertad y perseverarás. Ese hombre será bendecido en todas sus obras.”

¿Cómo harás para ser un hacedor en lugar de un oidor? Actuando con fe. El personaje central de las Escrituras, llamado Jesús, no puso límite al amor de Dios y al poder de la fe. De hecho todas sus grandes obras eran precedidas por las palabras: “Según tu fe.” Ahora, la fe abarca la sensación. Si tienes fe, tú actuarás, y si tú actúas Dios en ti está actuando, pues Dios es tu propia maravillosa imaginación humana, cuyo nombre eterno es YO SOY. Él actúa sólo cuando tú lo sientes. Esto es verdad incluso del modo más práctico.

Si yo te digo lo que me gustaría ser y tú me dices que siga mi camino, ya que ya lo soy – y por un fugaz momento veo el mundo como lo vería si eso fuera verdad, luego me doy la vuelta y me voy, olvidando lo que el mundo parecía sólo un momento antes – yo soy un oidor olvidadizo. Pero si soy un hacedor de la palabra y no sólo un oidor, yo persevero; o – como la palabra es traducida en la Versión del Rey Jaime, yo “continúo en” el estado, pues todas las cosas son posibles para el poder de la palabra.

Mira en un espejo y verás tu cara reflejada ahí; pero tú tienes otro espejo en el que puedes mirar. Ese es el espejo de tus amigos; si ellos oyen tus buenas noticias, sus caras lo reflejarían, ¿no? Asume que tu deseo es ya un hecho. Siente su sustancia y su realidad. Luego deja que tus amigos te vean en ese estado. Ellos son tu espejo viviente.

Ahora persevera en ese estado, y no te vuelvas y olvides rápidamente cómo quieres ser. Cruza esta puerta esta noche con la asunción de que eres el hombre (o mujer) que tú quieres ser. No hay ninguna diferencia si el exterior lo niega; tú has visto la expresión de las caras de tus amigos y oído sus felicitaciones en el interior, con fe. Ahora lleva esta sensación a lo profundo y persevera. Convoca un espejo viviente de amigos y conocidos que han oído tus buenas noticias y acéptalo como permanente. Ve tu cara reflejada en las suyas. Si ellos te aman, verás empatía. Ellos se regocijarán debido a tu buena suerte. Ahora, persevera en esa conciencia y no olvides lo que has visto en tu espejo viviente. Si lo haces, serás bendecido al hacerlo, como se te dice en el primer capítulo del Libro de los Salmos: “Bendito es el hombre que se deleita en la ley del Señor, la perfecta ley de la libertad, pues en todo lo que él hace, prospera.”

¿No fuiste liberado de tu pasado cuando viste las caras de tus amigos reflejando lo que tú querías que vieran? Si hubieras dejado el estado de pobreza, enfermedad o debilidad atrás y te hubieras movido al estado de riqueza, salud o fuerza – y tus amigos lo supieran – te habrías liberado de tu limitación anterior. Así, observando la perfecta ley de la libertad y perseverando, eres bendecido en todo lo que haces.

Yo te digo desde la experiencia personal que esto funciona, pero nosotros somos el poder operante. No opera por si mismo. Tú te puedes haber enterado de esta ley de oídas y haberla leído en un libro, ¿pero sabes por experiencia que la ley funciona? ¿La has puesto a prueba? ¿La has probado? Si lo has hecho, entonces puedes hablar con autoridad, que no tenías antes de la prueba. Yo puedo decirte: a través de la utilización de esta ley, eres completamente liberado.

He estado en muchos sitios donde estuve obligado a poner a prueba este principio. Mientras estaba en la pequeña isla de Barbados, que tenía sólo dos pequeños barcos de servicio, así como las cientos de islas cercanas, yo me comprometí a dar una serie de conferencias en Milwaukee a primeros de Mayo. Cuando llamé, el agente de navegación me informó de que, debido al hecho de que el barco que zarpaba de Nueva York llevaba sólo sesenta pasajeros y el de Boston sólo cien, no había pasaje disponible antes de primero de Septiembre. Se comprometió a poner mi nombre en la lista de espera, pero no me dio esperanza ya que la lista era muy larga.

Yo colgué el teléfono y me senté en mi silla de la habitación del hotel, cerré los ojos y asumí que estaba a bordo de un barco rumbo a Nueva York. Yo asumí que ocho o diez miembros de mi familia venían abordo conmigo, y que mi hermano Victor llevaba a mi niña. Podía sentir el movimiento de la tarima. No teniendo camarote asignado, permanecí en la cubierta y coloqué mis manos mentales en la barandilla y sentí la sal del mar ahí. Luego miré atrás con nostalgia a la pequeña isla. Yo repetí esa acción una y otra vez, sintiendo cada paso que daba sobre esa pasarela. Sentía la barandilla y olía la sal del mar. Hice todo lo que pude para apoyar que esa sensación pudiera ser traída, y cuando mis acciones parecían naturales, lo interrumpí.

Al día siguiente mismo, recibí confirmación de que estaría navegando en un barco que atracaría en Nueva York una semana antes de mi compromiso en Milwaukee; lo cual hice. Cuando le pregunté al agente cómo obtuve los pasajes, dijo que tuvieron una cancelación en Nueva York y la única persona a la que él había llamado de la lista de espera sintió que el momento era inoportuno, de modo que – sabiendo que podía acomodar a mi esposa, a nuestra hija pequeña y a mí mismo en un camarote – nos admitió. Yo nunca supe por qué alguien canceló en Nueva York o por qué el que él llamó en Barbados no podía tomar el barco en ese momento, o por qué el agente no llamó a los demás de la lista de espera. Sólo sé que yo obtuve la reserva que había imaginado.

He contado esta historia antes, y alguien en la audiencia una vez dijo: “¿Hacer eso fue una actitud cristiana? Tú podías haber provocado que alguien cancelara su viaje.” Pero yo te digo, como le dije a ella: fue lo único cristiano a hacer, pues utilicé el principio cristiano de cumplir la ley de Dios. Cómo se va a cumplir no es mi preocupación. Se me dijo que todo lo que desee, si sólo creyera que lo he recibido, la habré recibido. Dios nunca crea un deseo en el corazón humano al que Él no haya proporcionado ya su satisfacción. Esto es verdad de cada deseo en este mundo, así como el más grande de todos los deseos, que es la sed de Dios.

¿Realmente quieres una experiencia de Dios? Aplícale este principio. Haz lo que yo hice cuando quise dejar Barbados y venir a América. Observé la perfecta ley de la libertad y perseveré. Dios no te da una ley para tus deseos de este mundo y otra ley para tu búsqueda de Él. Es la misma ley. Si tú hubieras tenido la experiencia de la que hablo, ¿se la habrías contado a alguien? ¿Es un deseo irresistible, o quieres algo distinto a eso primero? Quizás quieres una casa encantadora, seguridad en el sentido de dinero en el banco que puedas tocar, o acciones y bonos que rindan dividendos. Si quieres sentirte rico, viajar y tener montones de cosas antes que tu sed de una experiencia de Cristo, es secundario; de modo que no lo intentes. Pero si una experiencia de Cristo es tu deseo irresistible, entonces no dudes en ponerlo a prueba. Pon primero las cosas primeras. Si tu primer deseo es ser reconocido en el trabajo que estás haciendo, entonces aplica este principio a eso, y deja que esa sed de Dios tome su propio tiempo adecuado para envolverte; y cuando lo haga aplica este principio a ello.

Siente en profundidad, pues lo que tú sientes profundamente es más vital que lo que piensas. Cada día puedes pensar en qué maravilloso sería si ... – y nunca actuar. Pero si cada día sintieras qué maravilloso es ya, se convertiría en verdad. Shakespeare dijo: “Asume una virtud si tú no la tienes.” Una virtud debe ser sentida para ser asumida. Abstente de la asunción esta noche y será fácil abstenerse la próxima semana y aún más fácil la siguiente. Pero si tú asumieras que tu deseo está cumplido ya y perseveraras en esa asunción a través de la sensación del sentimiento, será exteriorizado como un hecho literal en tu mundo.

Yo estoy llamando a cada uno a poner esto en práctica. Cada deseo contiene su propia satisfacción con que ser alimentado. Depende enteramente de ti. Puedes alimentar tu hambre pensando en tu deseo, o alimentar su satisfacción pensando desde su cumplimiento. Es Dios quien te da cada deseo, sea por cosas de esta era o de la era por venir – como se nos dice en el Libro de Amos: “Enviaré una hambruna sobre el mundo. No será un hambre de pan o una sed de agua, sino de oír la palabra de Dios.”

Cuando tú quieres contar la palabra de Dios, tu hambre no es de oír la palabra, sino del atractivo conectado con la enseñanza. Es el centro de atención lo que tú deseas, y para eso también se te ha provisto. Cada deseo puede ser y será satisfecho si tú observas la ley de la libertad y perseveras. Entonces serás bendecido en todo lo que hagas.

Un tío vino ayer a verme desde Nueva York. Cuando oí su petición no le dije mi reacción, pero lo que yo oiría, él lo tenía. Este tío, ahora retirado del antiguo departamento de Macy's, había estado enseñando en uno de esos
ismos de vuelta a Oriente. Entonces él empezó a mantener correspondencia con un grupo de aquí, quienes – incapaces de creer en ellos mismos – querían un líder; así que ellos le habían pedido que viniera a dirigirlos. Cuando me contó la naturaleza de su deseo me apenó que todo lo que él pudiera ver en la vida fuera el centro de atención, pero yo se lo admití. Él está cansado de tocar de tercer, cuarto o quinto violín para un líder que ha ordeñado un millón de dólares a aquellos que están comprando ladrillos en el cielo. No teniendo nada, los seguidores de este hombre están construyendo el cielo para él y dándoselo como regalo. Ellos han comprado un valioso terreno en Nueva York y construido un edificio en él. Luego él dio un banquete en un gran hotel y pagaron 50 $ por el privilegio de ver la hipoteca en la que han tirado su dinero, pero la tierra y el edificio están a su nombre.

Antes en 1943, este mismo hombre me dijo que él iba a venir a Nueva York con un solo propósito y era hacer dinero en el llamado “Movimiento del Nuevo Pensamiento”. Cuando le oí decir esto, pensé que estaba en la profesión equivocada. Si él quería hacer un montón de dinero debería irse al acero, al petróleo o al carbón. Si quieres hacer este trabajo, tú puedes vivir bien, pero no tengas ambición de millones. Bueno, él quería montones de dinero y ahora lo tiene, así como casas en el campo, un apartamento en la ciudad, y un gran edificio precioso en Nueva York – por el cual pagaron aquellos que les gusta ser ordeñados. El tío que vino a verme ayudaba a este hombre. Él había visto qué fraude había sido, pero no lo había superado completamente. Él aún quería el centro de atención y ahora tenía la oportunidad de obtenerlo. Yo oraré por su éxito – no como maestro pues él no lo es – sino por el atractivo que él recibirá por aquellos que necesitan las tonterías, ya que van a empezar por no comer carne, fumar o beber – de hecho una completa pérdida del paladar.

Su petición no ofende mi código moral, de modo que yo puedo decir fácilmente que él es exitoso; pero yo insto a los que son sinceros a intentar crear dentro de vosotros mismos un anhelo por el más profundo de todos los deseos, y ese es conocer a Dios desde la experiencia. Si puedes realmente tener sed de Dios sobre todo lo demás, entonces utiliza la misma ley de la libertad. Mira las caras de tus amigos y di con profunda convicción y sentimiento: “Yo he tenido las experiencias de las que habla Neville. La serie entera, desde la resurrección hasta el descenso de la paloma, se ha desplegado dentro de mí.” Luego persevera, pues Dios ha provisto una satisfacción para ese hambre, y tú la conocerás. Pero si ese hambre no está aún en ti, y sinceramente quieres un mejor modo de vida, que no es malo, simplemente utiliza el mismo principio de la perfecta ley de la libertad y persevera. Habiendo actuado, no te vuelvas y olvides lo que has hecho, sino duerme con esa convicción, y de un modo que tú no conoces, será tuyo.

Esta noche muchos de nuestros amigos no están aquí porque es el Día del Recuerdo. Pero yo os digo: ningún momento es más santo que otro y no hay lugar en la tierra más sagrado que otro. Donde tú estés es tierra sagrada porque tú estás ahí. Hoy millones están celebrando el Día del Recuerdo, recordando a los muertos y colocando flores en una tumba que sus seres queridos no ocupan. Esta mañana, justo antes de despertar, vi a mi hermano Lawrence. Él murió a la edad de sesenta y dos, pero parecía mucho más viejo debido a que había sufrido tanto antes de su partida. Esta mañana él tenía sólo unos veintitrés años de edad. Ambos estábamos completamente despiertos y él me pidió decirle a su mujer que el dinero que le había dejado era para ella, y no para guardarlo para los hijos. Yo dije: “Lawrence, tú no tienes que ir a través de mí para hablar con Doris; ella no daría un penique a nadie de todos modos. Ella nunca lo hace. ¿Tú piensas que ella cambiaría ahora? Su única preocupación es que no se lo diste todo a ella, sino que lo compartieras igualmente con tus cuatro hijos.” Pero yo estaba con Lawrence. Él era fuerte, robusto y guapo, rubio con ojos marrones. Es el mismo Lawrence, con la misma inteligencia que tenía cuando se fue de aquí. Él es más joven ahora, pero aún tiene el recuerdo de la familia que dejó atrás. El velo no es más claro para él ahí que para los de este lado. Sólo uno que esté despierto puede penetrar el velo conscientemente. Es fácil ahora para mí ir más allá del mundo del sueño y entrar en el mundo del espíritu despierto y encontrarme con mis amigos ahí.

Pero en el Día del Recuerdo los hombres piensan en los muertos, mientras yo estoy hablando de la vida eterna. “Deja que los muertos entierren a los muertos” y sígueme, pues yo me he levantado de entre los muertos y hablo de un Dios Vivo que es real. Yo no puedo ir a un cementerio y poner flores o una bandera sobre ese que no está ahí. El cuerpo puede haber sido colocado ahí, pero no el espíritu.

Tú estás enterrado en el cráneo y en ese cráneo permanecerás, soñando tu sueño de vida hasta que despiertes y nazcas por segunda vez. Y desde ahí vas a encontrar a David, quien te revela como Dios Padre. Desde ahí vas a ser escindido en dos y ascender al Santo de los Santos. Tú fuiste engendrado en ese cráneo y tú terminarás el drama ahí, para saber que tú eres uno con el solo y único Dios Vivo.

En los capítulos 25 y 27 del Libro del Génesis, se cuenta la historia de Isaac, que tenía dos hijos. El primer hijo, Esaú, estaba todo cubierto de pelo mientras el segundo hijo, Jacob, era lampiño. Siendo ciego, Isaac llama a Esaú y le pide ir a conseguir algún venado para cenar. Jacob, habiendo oído por casualidad la petición, se vistió con las pieles de su hermano Esaú y llevó el venado a su padre. Isaac, oyendo la voz de Jacob comenzó a dudar, hasta que él sintió su realidad y captó su olor. Satisfaciéndose de que el hijo era real, a Jacob le fue dada la bendición del padre. Cuando Esaú volvió de la caza Jacob desapareció, pero Isaac dijo: “Aunque tu hermano vino a través de engaño, yo le he dado tu bendición y no puedo volverla atrás.”

Después de recubrirte con la sensación, tienes que enviarla por su camino y no puedes volverla atrás; pues orar no es más que la apropiación subjetiva de una esperanza objetiva. Imaginar dando realidad objetiva a tu esperanza. El pelo es lo más objetivo en un hombre. Trae tu esperanza tan cerca que tú puedas sentir cómo sería si fuera objetiva para ti.

Vístete con esa sensación – y te has vestido con la realidad de un Esaú. El mundo no reflejará inmediatamente tu sensación, pero tú has puesto tu deseo en movimiento y no puedes volverlo atrás. Tú has dado a un estado subjetivo tu bendición, dándole realidad objetiva. Ahora debe cumplir su destino de modo que tú serás bendecido en todo lo que estás haciendo.

Si no das a tu esperanza subjetiva realidad objetiva, tú no puedes ser bendecido en su cumplimiento. Debes vestirte con la sensación de que tu deseo está cumplido. Jacob es tu deseo, esperando a ser vestido con la sensación de realidad externa. Capta la sensación, y has vestido a Jacob con la realidad externa de Esaú. Ahora engáñate a tí mismo, creyendo que tu deseo es externamente real, y dale tu bendición apropiándote subjetivamente de tu esperanza objetiva. ¿Quién es el ciego Isaac? Eres tú, pues tú no puedes ver lo que estás pidiendo en tu mundo externo. Es una esperanza y tú eres ciego a ella. Pero cuando te vistes con la sensación de su cumplimiento, estás comiendo el sentimiento de satisfacción. Festeja esta sensación mañana, tarde y noche, y de un modo que no conoces, tu deseo se volverá una realidad objetiva en tu mundo.

En esta historia vemos la importancia de la sensación. Isaac pidió a Jacob que se acercara y le besara. La palabra traducida por “beso” significa, “poner al fuego; quemar; tocar.” Eso es una emoción, un sentimiento intenso. La realidad es sentida a través del sentido del tacto. Sentir es tocar. Gustar es tocar. Las Escrituras nos dicen que Él gustó la muerte por todos nosotros. ¿Cómo gustas la muerte? Experimentándola. Jesús gustó la muerte muriendo en todos, para que todos puedan saber quién es Él.

Ahora, yo te insto a poner su enseñanza en práctica. Él te enseñó a simplemente apropiarte un estado subjetivo, que es tu esperanza objetiva, y conocido, debe exteriorizarse en tu mundo. Haz eso y lo será. Pide con fe, sin ninguna duda; pues aquellos que dudan son como la ola del mar que es llevada y sacudida por el viento. Ellos son de doble pensamiento, pues saben lo que son, mientras desean ser algo distinto. Tú debes ser de un solo pensamiento, abandonando lo que crees que eres y asumiendo que eres ya lo que deseas ser; pues tú no puedes desear algo que ya posees. Observa la maravillosa ley de la libertad que te libera, y verás tu libertad en las caras de tus amigos. Persiste en tu asunción y tiene que llegar a pasar.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es FEEL DEPLY (Neville Goddard 05-30-1969)




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